Mesas sobre la acera y una pequeña barra donde preparan rollos, sashimis y nigiris, aguardan a los amantes de la comida oriental en el número 156A de la calle de Sinaloa.
Las instalaciones de Yoru se limitan a algunas mesas colocadas sobre la acera y una barra para cuatro comensales, estrecha para quienes transitan por detrás de sus bancos rumbo al servicio sanitario, aunque puede decirse que forma parte del encanto de este restaurante abierto sobre la calle de Sinaloa, al prescindir de los formalismos habituales de otros lugares de comida japonesa, donde ofrecen platillos de alta calidad como los aquí preparados, al grado que los comensales pueden llegar a atestiguar cuando llega la trufa encargada para la cocina.
La sencillez de las instalaciones resulta inversamente proporcional al nivel de su oferta culinaria, al recurrir a insumos como rokoto, también conocido como pez piedra; kampachi, pez similar al huachinago, de carne grasa prodigada por su habitat en aguas frías; camarón de profundidad, del cual luego sirven fritas sus suculentas cabezas; almeja chocolata, atún aleta azul, salmón chileno, anguila y erizo natural, por no hablar del wagyu con trufa generosamente rallada encima preparada para su nigiri estelar, ordenado para quienes deseen pasársela en grande acompañado de una jarra de sake, cerveza o vino blanco.
Lo más recomendable para conocer la propuesta del lugar, como todos los de su estilo, es ordenar lo que aquí denominan como Set menú (con un costo de $300, a inicios de 2020), compuesto por una entrada de edamames, un handroll de atún o salmón, dos niguiris de atún, otros tantos de salmón, y un sashimi del día; también puede solicitarse la pequeña libreta donde tienen anotado el menú del día, elaborado con los insumos más atractivos encontrados en el mercado, que puede deparar sorpresas como un tiradito de cabrilla aderezado con aceite de oliva, yuzu, soya blanca, sal y pimienta.
Los correos de la clientela asidua de Yoru están integrados a una base de datos, para que los encargados les manden invitaciones a los eventos especiales organizados mensualmente, donde preparan platillos fuera de la carta habitual, donde no es raro recurrir a influencias de otras gastronomías, para ofrecer experiencias memorables.