Jardín Horacio llega a Polanco con una propuesta gastronómica de autor, ingredientes frescos y un ambiente de terraza único.
Prepárense, porque en Polanco hay un lugar que es pura magia: Jardín Horacio. Es ese rincón que se siente como un jardín secreto (aja, casi como la película), pero que querrás presumir a los cuatro vientos.
Cuando subes a Jardín Horacio, ya sea por las escaleras o la rampa, te recibe una explosión de plantas y una terraza espectacular. Imagina esto: ¿una cita romántica super chida? ¿Un cierre de negocio? ¿O quizás una salida familiar con tu mejor perrito? Este lugar se adapta a todo, y sí, ¡es pet friendly de verdad!
La vegetación es tan natural que se mezcla de forma increíble con la arquitectura, la música y esa sensación de frescura que te envuelve. Y lo mejor de todo, la promesa de Jardín Horacio no es solo bonita; es real: la comida está de lujo.
En Jardín Horacio, la carta no es una lista de opciones, ¡es una invitación a jugar! Aquí puedes ir directo al postre (sí, leíste bien), elegir solo un par de platos fuertes o pedir cubiertos extra para compartirlo todo. La dinámica es pura sorpresa: tienen platillos de la semana que no se repiten. Así, cada visita se siente como un estreno.
Entre los platillos que prometen ser un espectáculo de sabor (y de precios, para que se den una idea), se encuentran joyas como:
La propuesta te permite armar tu experiencia como quieras, combinando platos fríos o calientes, y decidiendo las porciones y los tiempos.
Y si eres de los que van directo al lado dulce de la vida, los postres son imperdibles. No te vayas sin probar el queso azul francés con ate de guayaba, el flan con caramelo de pimienta gorda y crema de mascarpone con azahar, o el churro Jardín con caramelo de whisky, helado de elote dulce y crema de mascarpone.