Un restaurante en una casona del siglo XVII, en el Centro Histórico, conserva recetas tradicionales y una galería. ¡Conoce el Restaurante Café de Tacuba!
El Restaurante Café de Tacuba mantiene las mismas recetas desde 1912
Camino por una famosa calle del Centro Histórico en busca de las puertas de madera de una casona antigua, del siglo XVII, donde se encuentra este restaurante que –se dice– elabora sus platillos con la misma dedicación y originalidad desde hace 100 años, y que mantiene un encanto peculiar detrás de las grandes pinturas que adornan sus paredes.
El Café de Tacuba es una visita obligada para el visitante que recorre las calles del Centro Histórico, ya sea para tomarse un respiro o porque ansía descubrir el sazón tradicional que hay en sus más de 100 platillos: desde las enchiladas, tamales, panuchos, mole, cecina adobada y chalupas a la poblana, hasta buñuelos con miel y sus conchas dulces acompañados de un café con leche.
Sus paredes son tan antiguas que podrían contarnos infinidad de historias y hablar en cientos de idiomas, y jamás perderán su encanto gracias a la galería que las adorna, a las pinturas, vitrales y decoraciones que llenan de vida y color el Café de Tacuba.
Si unas enchiladas tapatías en pipián verde, una torta enchilada, unos chiles rellenos de queso, pambazos, pozole o manitas de cerdo no logran convencerte para venir a probar las recetas de las abuelas, ven al menos por la música, los postres, los bizcochos y panqués o, ya de perdida, por conocer la leyenda de la monja clarisa que –se cuenta– se aparece por las escaleras y rincones del Restaurante Café de Tacuba.
Pasa una tarde en éste, uno de los restaurantes de mayor tradición de la ciudad, en donde se respira un estilo colonial y en cuyas paredes predomina el arte sacro. Mientras comes, busca el cuadro de Sor Juana.