El mexicano se vuelve más mexicano festejando

“México tiende a ser el lugar surrealista por excelencia” dijo André Breton, fundador del surrealismo.

Y en realidad, ¡lo es! México se caracteriza por ser un país multicultural; sus paisajes destacan mundialmente por no tener igual, incluso algunas de sus tradiciones, gastronomía, danzas y piezas de música han sido incluidas en la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.

México, aunque suene cliché, lo tiene todo. Podemos de gozar de interminables y bochornosas manifestaciones pero al mismo tiempo nos perdemos en una también interminable noche de fiesta, porque en eso somos expertos.

Aquí hasta el más mínimo detalle puede celebrarse: la muerte de un ídolo mexicano, que tu mejor amiga cortó con su novio, un acenso en la chamba y hasta que la selección no pasó a un final. Todo en México es “celebrable”, porque nos encanta el mitote, lucirnos entonando los clásicos de la música mexicana y ya entrados hasta replicamos los pasos de aquel festival del día de las madres donde bailamos el “Jarabe Tapatío”.

Un lugar destacable en donde se conjugan el folklor mexicano, una extensa jerga lingüística, comida, máscaras, groserías, trajes brillantes y trucos de cuadrilátero es la Lucha Libre. Un lugar único donde conviven todas las clases sociales, religiones y preferencias sexuales con el único objetivo de apoyar a rudos o técnicos al grito de: “Lucharán de 2 a 3 caídas sin límite de tiempo”.

Y es que en la vida podrás ser rudo o técnico, pero SIEMPRE serás mexicano, lo cierto es que vida sólo hay una y de nosotros depende si queremos amargarnos o reírnos, porque como dice el Gran Silencio: “la vida, la vida, la vida, qué es la vida en tratar de entenderla, se nos va la propia vida…” por eso a gozar y a festejar que la vid se va a acabar.

Y si aún no has vivido la intensidad de la Lucha Libre aquí te regalamos un paso doble para asistir una noche a la Arena México: http://bit.ly/2bWcPul