
La estación fría es la clave para recargar energía. Alberta, Quebec y Columbia Británica ofrecen spas de montaña, esquí y aventuras invernales
Cuando se piensa en un viaje para renovar el cuerpo y la mente, la mente suele dibujar paisajes de arena y mar. Sin embargo, la forma más auténtica y profunda de recargar energía se encuentra en el corazón del invierno. En Canadá, los paisajes pintados de blanco y la nieve crujiente se transforman en una terapia de bienestar.
El país invita a revitalizar la mente a través de experiencias que combinan el calor relajante de las aguas termales, tratamientos especializados y la calma envolvente de sus ambientes nevados. Es la oportunidad perfecta para descubrir el equilibrio entre serenidad y aventura en Alberta, Quebec y la Columbia Británica.
En Alberta, el invierno es una invitación a la reconexión activa con la naturaleza. Los visitantes pueden pedalear entre los senderos del Parque Nacional Banff a bordo de una bicicleta con llantas anchas. Al avanzar entre los bosques, el aire puro y las vistas de las Montañas Rocosas llenan de energía.
Después de recorrer los senderos, el descanso está garantizado. Cerca del centro de Banff, las Banff Upper Hot Springs ofrecen un momento reconfortante. Estas aguas termales naturales fluyen desde las profundidades de la montaña. Sus temperaturas oscilan entre los 37 y 40 °C. Las instalaciones se encuentran en proceso de renovación, con reapertura prevista para diciembre de 2025.
Para una experiencia más íntima, el Hidden Ridge Resort está ubicado discretamente en la cuesta de Banff. Sus suites incluyen chimeneas de leña, cocinas equipadas y terrazas privadas. El resort cuenta con albercas con agua caliente al aire libre, sauna y áreas para asar alimentos. Más al norte, en el Parque Nacional Jasper, las Miette Hot Springs ofrecen la experiencia termal más cálida de las Rocallosas. El agua brota naturalmente a 54 °C y después baja hasta una temperatura de 40 °C al llegar a las albercas.
En Quebec, la calma de los paisajes nevados y el aire puro transforman la rutina en una experiencia sensorial. La aventura comienza en Montreal, donde se puede explorar con raquetas de nieve los senderos del Parc national du Mont-Saint-Bruno. También se puede recorrer el Old Port.
Después de la actividad, un antiguo ferry se ha transformado en un oasis flotante de bienestar: Bota Bota, spa-sur-l’eau, sobre el St. Lawrence River. Se puede alternar entre saunas con vistas al puerto, jacuzzis al aire libre y zonas de relajación en cinco cubiertas. Los servicios incluyen un alivio corporal con piedras volcánicas.
Si se busca desconexión, el Spa Eastman está rodeado de montañas cubiertas de nieve. El lugar combina el descanso físico con la renovación interior. Su propuesta gastronómica, la Cuisine Tonique, evita azúcares y ultraprocesados. Se enfoca en sabores naturales que equilibran cuerpo y mente.
En la Columbia Británica, el bienestar es sinónimo de realización personal. La aventura comienza en Vancouver, practicando esquí en Grouse Mountain. Es el lugar ideal para principiantes y locales, con 33 pistas, 15 de las cuales se pueden recorrer de noche.
Después del esquí, la práctica de sumergirse en agua fría al aire libre ayuda a aliviar el dolor y reducir el estrés.
Por carretera se puede llegar a Whistler. Ahí, la euforia del esquí se mezcla con la serenidad alpina. Se puede deslizar por las pendientes de Whistler Blackcomb. Después, se puede relajar con un “baño de bosque”. Esta práctica invita a adentrarse en el bosque sin prisa, respirar profundo y dejarse envolver por la calma de los paisajes.
Para un detox, el Scandinave Spa Whistler te espera con su circuito de hidroterapia, albercas cálidas, saunas y baños de vapor.
De regreso, en Victoria, se vive un ambiente de calma. Hay varias opciones de alojamiento que ofrecen relajación frente al mar.