Hicimos un road trip a Veracruz y descubrimos sus lugares más ricos para comer: desde Bombas, café veracruzano a hot dogs gigantes
Nos fuimos a Veracruz y viajamos a bordo de la nueva MG ZS para un fin de semana de comida y clima invernal. Nuestro plan fue conocer los lugares más emblemáticos de su gastronomía y unas cuantas sorpresas de su comida callejera.
Un viaje por carretera hacia Veracruz
Tomamos la carretera a bordo de la nueva ZS, y ese color azul fue la envidia durante todo el viaje. Lo que más nos gustó fue su cajuela ideal para una familia pequeña y obvio, llevamos la maleta de nuestro perrito.
Cómo llegar: la forma más fácil de llegar a Veracruz desde la CDMX es tomando la autopista rumbo a Puebla y después de ahí, checar los letreros que te indiquen la ruta hacia Xalapa. Luego sólo sigue las indicaciones para llegar a la capital de Veracruz.
¿Cuánto tiempo desde la CDMX?: el viaje toma aproximadamente cinco horas a una buena velocidad, y por cierto en la MG ZS íbamos a más de 150 km/h y parecía que ibamos manejando sobre las nubes.
Obviamente la primera parada obligatoria es CAFÉ LA PARROQUIA donde probamos las maravillosas bombas, unas conchas rellenas de frijoles.
Esta cafetería se encuentra en el centro histórico y es un must de la ciudad.
Cantina tropical
Para los fans de los mariscos y la música guapachosa, encontramos LA CANTINA DE LARA, donde, con decoraciones de las canciones de Agustín Lara y una grupo de música cubana, podrás comer pescados y comida del mar.
El mejor desayuno
Para desayunar conocimos un pequeño café llamado LA CASA DE LAS FLORES donde hay una mezcla de comida mexicana, como unas quesadillas gigantes de azul y también una maravilla que encontramos: un sandwich de Waffle con huevo… y claramente no puede faltar el café veracruzano.
La comida callejera más deliciosa
Finalmente cenamos en los Jochos de La Naval, una calle del centro donde hay varios puestos de hot dogs que son una locura: son jochos con queso, aguacate, jamón y toppings que van de champiñones, chicharrón y piña. NO HEMOS PROBADO UNA DELICIA TAN GORDA Y JUGOSA.
Y claro ningún viaje al puerto está completo sin pasar una tarde en el malecón, el cual, durante nuestra visita parecía un puerto en la costa de Irlanda, pero no impidió que compraramos en el mercado de artesanías ni tomarnos fotos.
Regresamos con unos kilos extras, con nuestro playlist favorito y con el gigantescoquemacocosdelaZSlevantado, porque teníamos fe de que mejorara el clima.
Fue una mentira y de regreso a CDMX tengan cuidado con la neblina pero gracias a las ZS la autopista parecía tan autopista tan tranquila como la pista de un circuito de la Fórmula 1.
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