Nos lanzamos a celebrar los XV Años de La Purísima, el bar LGBT+ más frenético del Centro Histórico.
Entre arcos de globo, adornos de unicel, flores y un sonidero, mis amigos de La Purísima me invitaron a celebrar los primeros XV Años de un lugar que históricamente estaba destinado al frenesí, pero que se ha consolidado como un bar incluyente, democrático y el favorito de muchos para la fiesta LGBT+ en el Centro Histórico.
“Creo que desde que se abrió, que yo no lo abrí, fue Juan Carlos Bautista, han sido quince años de muchos cambios desde lo personal hasta lo institucional como lugar, porque la ciudad ha cambiado mucho desde que se abrió”, me platicó mientras tomábamos un mezcal Elías Álvarez, artífice desde hace bastantes años de todo lo que ocurre en La Puri, como se le conoce de cariño.
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Desde su apertura en el aún Distrito Federal en 2010, tanto la ciudad como la gente, la música y los hábitos de consumo han cambiado mucho, lo cual ha sido desafiante, adaptarse a los nuevos tiempos.
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“Justo como que nosotros vendemos una fiesta con bastante frenesí, creo que sí somos un bar, desde el principio, con mucha efervescencia de fiesta, antes creo que éramos más alternativos que ahora pero creo que es porque la gente no se deja tanto ser alternativa, pero a medida de lo posible tratamos siempre de tener un sello muy distintivo de República de Cuba, democrático, en el Centro Histórico, LGBT+, y que somos buga incluyentes… aunque de repente se maman”, confiesa entre risas.
La Purísima ha cambiado mucho a lo largo de estos quince años, de ser un bar modesto con sillas altas y periqueras, pasando por sus infames perlas negras al 2×1 los jueves, hasta ser foro para conciertos de La Prohibida o María Daniela y Su Sonido Lasser, entre muchos otros, es por eso que se ha colocado en el gusto de personas de todas las edades y lugares.
“Fue una sorpresa, no lo planeamos, incluso desde el Marra no se pensaba que fuese esa cantidad de éxito pero creo que a la gente sí le ha gustado desde hace mucho tiempo, se presta mucho para lugar de jóvenes, creo que para muchos fue y sigue siendo su primer bar LGBT+ al que va en su vida y creo que eso es muy padre. Tener la preferencia de los jóvenes me parece muy lindo”, asegura.
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Para Elías y varios de sus colegas locatarios, República de Cuba tiene una vocación histórica de fiesta, algunos incluso recuerdan que durante la década de 1970 los cabarets y anuncios de neón dominaban sus aceras, “como que en algún momento de la planeación urbana se decidió que en esta calle iban a estar las cabareteras, todos estos giros que en su momento eran negro o rojos, le proveen un abolengo histórico de vocación a la calle y qué bonito ahora que está despertando, que a la gente le sigue gustando, pero no inició con La Puri, ya venía de antes”.
Además de ofrecer la fiesta más salvaje del Centro Histórico, La Puri ha sido hogar de expresiones que en sus inicios fueron alternativas y que hoy en día son de lo más socorridas por otros espacios como la cultura drag,
“La primera draga que yo vi fue Tígrida Revuelta, que me pareció muy apocalíptica y luego ya fue aquí con Yolanda que fue brutal. Ahora la masificación de ese movimiento me parece muy curiosa y hay programas muy famosos pero sí nos gusta ser mencionados como pioneros de la ciudad en ese ámbito”.
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Para la celebración de XV Años de La Puri la temática no podría ser otra que el barrio, emular esas fiestas de vecindad o aquellas en las que cierran la calle para que toda la gente celebre a la niña que se convierte en mujer y en esta ocasión quien se encargó de corporizar a La Purísima fue la draga favorita de Elías, Ronda D, quien portó un ostentoso vestido rosa mexicano con el que bailó el tradicional vals y partió un pastel de manera simbólica.
Si bien al principio de la celebración se sentía todo el ambiente sonidero, las sorpresas no tardaron en llegar, primero arribó el periodista Guillermo Osorno (“Tengo que Morir Todas las Noches”, 2014) para sorprender con su DJ set, faceta poco conocida y más tarde subió al escenario Mi Banda el Mexicano que tocaron varios de sus éxitos como “Feliz, Feliz” y la infaltable “Ramito de Violetas”.
“Siempre nos hemos jactado siempre de ser un lugar muy incluyente para todas las carteras y físicos, somos un lugar muy democrático, nos planteamos de izquierda, estamos en el Centro, creo que sería un error no ser fieles a eso, justo por eso es la idea de los XV años de barrio. Nos queda muy bien porque somos un lugar de barrio”.
Entre los invitados a los XV de La Puri me encontré con varios amigos como Zemmoa, Silvertronic, Charlie Pook y varias dragas reconocidas en la escena local, como bien me comentaron “la idea es celebrar entre amigos y familia haber llegado vivas a los XV años”.
Antes de terminar la fiesta, Elías me contó cuáles son sus anhelos para La Purísima luego de quince años de brindar las mejores noches de fiesta en el centro de la capital mexicana.
“Deseo convertirnos en un lugar como le pasó al Patrick Miller, yo sé que es una visión bastante apoteósica y grandota pero creo que sí se puede, en años antro durar quince años me parece que es muchísimo, (ahora) la ambición es crecer, mudarnos a un lugar más grande, más cómodo para que también hayan mesas, sillas, que quepan todos y de todas las edades. Que sea legendario, ya no el de moda pero sí un clásico”.
Y para quienes no conocen La Purísima sólo un consejo: no se dejen llevar por lo que dicen, vengan, lo pueden amar o lo pueden odiar, yo los invito a que lo vivan una sola vez y ya de ahí tú decides si te vas aventar cien más o ni una más.
