Conoce las historias secretas del Centro Histórico de la CDMX
¡Lánzate a conocer estos lugares con historias secretas del Centro Histórico con nuestra guía!
El Centro Histórico de la CDMX es un océano de historias, leyendas y magníficos cuentos, algunos muy conocidos, otros no tanto.
Lánzate a las calles del centro y destapa algunas de las historias poco conocidas de sus casas y callejuelas ¡Te decimos dónde ir!
Desde algunos pesados despojos de la conquista a los remanentes de la administración colonial de la ciudad, de los antiguos salones de la élite y hasta las casas de mancebía en las que el secreto se tomaba por moneda corriente.
La cabeza de serpiente en el Museo de la Ciudad
La gran Ciudad de México hierve en simbolismos y metáforas que reflejan, paso a paso, la alternancia entre el pasado mexica y la pesada cota colonial.
El Centro Histórico de la CDMX es quizá el cénit de esta complicada paradoja.
Justo en la esquina formada entre las calles José María Pino Suárez y República de El Salvador, la aglutinante imaginería del centro ha empotrado una gran cabeza de serpiente en la fachada del Museo de la Ciudad.
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El que fuera, durante la colonia, el palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, exhibe entre sus muros el monolito basáltico de una serpentina imagen prehispánica, desde 1781.
Las poderosas fauces de este animal sobresalen de entre la roca chiluca y el tezontle, y coexisten con el magnífico portal filipino del palacio, traído desde Manila y conjurado por artesanos chinos.
- ¿Dónde? José María Pino Suárez 30, Centro Histórico de la Cdad. de México, Centro, Cuauhtémoc, 06060 Ciudad de México, CDMX.
La Antigua Alhóndiga de la Ciudad de México
Hacia 1711 este edificio, construido convenientemente a un costado de la antigua Acequia Real, funcionó como el almacén de granos de la Ciudad de México.
La Antigua Alhóndiga recibió, alguna vez, a cientos de canoas cargadas de alimentos procedentes de Xochimilco, Chalco y de la aduana de la ciudad, situada cerca de la Plaza de Santo Domingo.
La acequia que bordeaba el edificio, tapiada por el ilustrado virrey Revillagigedo, le conectaba directamente con la Plaza del Volador, donde hoy se alza la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Hoy, un puente empedrado es el único recuerdo del paso de la Acequia Real frente a la alhóndiga.
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Si alzas la vista verás, además, las armas pontificias talladas en la fachada, pues el edificio funcionó también como la Casa del Diezmo, al menos hasta que se convirtió en una residencia multifamiliar.
Ya en tiempos recientes el edificio fue ocupado por el INAH y por la Dirección de Salvamento Arqueológico, aunque hoy se encuentra en desuso y en relativo abandono.
- ¿Dónde? Alhóndiga 12, Centro Histórico de la Cdad. de México, Centro, Cuauhtémoc, 06000 Ciudad de México, CDMX.
El Casino Metropolitano: pequeño Versalles de Tacuba
En la calle de Tacuba, desde 1870, se encuentra un insospechado galerón de corte neoclásico, portones de madera fina tallada y recibidores de pálido mármol.
En sus años de mayor esplendor, el casino fue testigo de los aristocráticos bailes de Doña Carmen Romero, la esposa de Porfirio Díaz.
Las veladas del exilio español en México también tuvieron por teatro las doradas molduras de este Versalles.
Y, más tarde, la comunidad judía de la ciudad lo adoptó como centro de convivencia.
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A las tertulias y banquetes le siguieron algunos años como casa habitacional y cine.
Hoy, el Casino Metropolitano presta sus salones a eventos sociales, empresariales, académicos y a filmaciones.
De vez en cuando sus espacios son anfitriones de exposiciones de arte emergente y contemporáneo. Conviene estar atentos a esto en su sitio web para poder visitarlo con holgura.
- ¿Dónde? C. de Tacuba, Centro Histórico de la Cdad. de México, Centro, Cuauhtémoc, 06000 Ciudad de México, CDMX.
Manuela Castrejón y las casas de citas en el Centro Histórico
Durante los últimos años de la colonia y en los albores del porfiriato funcionaron dos de las “casas de mancebía” o “casas de tolerancia” más famosas del Centro Histórico.
Ambos entrecomillados son eufemismos con los que las autoridades llegaron a referirse a las casas de citas de la ciudad.
Sobre la actual calle de Mesones, en el número 167, se halló una de las primeras casas de este tipo en el continente: la antigua Casa de las Gallas, cuya fundación se computa en el siglo XVI.
Mesones 167 fue solo una de las muchas casas de citas que albergó esta calle, pues sobre la vía existían varias posadas que acostumbraban recibir a cientos de comerciantes venidos a la ciudad para colocar sus mercancías.
Luego, en el Callejón de la Condesa, a un lado del Palacio de los Azulejos, tuvo su casa de citas Manuela Castrejón.
Manuela es la primera “madame” de la que se tenga constancia en la ciudad, la más famosa también.
El lupanar de Manuela fue allanado por las autoridades virreinales un año antes de que estallara la guerra de independencia.
Tras algunas no muy gratas peripecias jurídicas, la madame terminó por unirse a la insurgencia, quizá como espía en contra de la Corona.