Entering Heaven Alive, un nuevo sonido de Jack White

Jack White se encuentra más activo que nunca, el músico originario de Detroit nos entregó dos discos en menos de un año, además de su participación en el soundtrack de Elvis. En abril estrenó Fear of The Dawn y el pasado 22 de julio lanzó Entering Heaven Alive, un álbum conformado por 11 canciones que resulta mucho más personal y discreto que el anterior. Además con este material nos muestra una faceta nunca antes vista. 

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Entering Heaven Alive, un Jack White acústico

Entering Heaven Alive es el quinto álbum de estudio de Jack White como solista. A este le preceden el más reciente Fear of the Dawn, Boarding House Reach (2018), Lazaretto (2014) y Blunderbuss (2012). Solo que el más reciente tiene una intención acústica que oscila entre el jazz, blues y hasta el folk. 

Al igual que su predecesor, Entering Heaven Alive surge a raíz de la pandemia. Durante este periodo White pudo sentarse a escribir y componer con total libertad y eso es algo que se nota en ambos materiales. Mientras uno es más extrovertido, para el otro decide tomar un rumbo más suave, lo que hace de este último álbum uno de sus proyectos más arriesgados. 

Algo que cabe destacar del proceso creativo del músico es que las canciones de ambos discos las escribió al mismo tiempo, pero la decisión de dividirlas llegó después. Además en esta ocasión tuvo la oportunidad de grabar él mismo casi todos los instrumentos del álbum en su estudio, Third Man Records.

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Un consejo de ti para mi: no me exijo nada

Vale la pena recordar la frase con la que White presenta Entering to Heaven Alive en “A tip From You to Me”:  “yo ya no me exijo nada” y que es la perfecta introducción para lo que propone este álbum. Una versión despreocupada y relajada del músico. Si estás esperando ritmos acelerados y potentes distorsiones, en este disco no las encontrarás, pero seguramente te llevarás una sorpresa.

Entering Heaven Alive es un álbum mucho más cálido aunque no suelta la melancolía. De este material se desprenden los pensamientos internos y más privados del músico; desde la vergüenza “Please, God, don’t tell anyone, What I do or what I have done”; pasando por la soledad “Walking through the park, my fingers clenching tight. Then I noticed that I’m all alone tonight”; hasta un empalagoso amor con el que decreta “I’m a fly on the wall and you’re the queen of the bees”. Estas declaraciones conviven con historias ajenas a él mismo; escúchese “A Mad Man From Manhattan”.

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Entering Heaven Alive es la otra cara de la moneda

Si bien para algunos esta faceta acústica de Jack White puede resultar imprevista, la realidad es que es atinada ya que dos discos lanzados con tan poco margen de tiempo no podían sonar igual.

Eso sí, el también cantante no dudó en incluir la versión “gentil” de “Taking Me Back”, canción que inauguró el álbum hermano de éste y que en aquel comienza con estruendosos riffs. En Entering Heaven Alive escuchamos el mismo tema sol que para esta ocasión decide colocarlo al final del álbum. En esta versión los riffs y el rock son reemplazados por una voz opaca acompañada por violines que nos remiten al country y al blues. Jack separa una tanda de canciones en dos álbumes completamente diferentes pero con una canción que los une.

White se desprendió de las etiquetas que llevan su nombre. El reconocido como uno de los 100 mejores guitarristas, prescindió de los riffs y las distorsiones para experimentar con el piano y las melodías donde los protagonistas son la voz y la guitarra acústica.  Con Entering Heaven Alive, White remarca que no se exige nada y se enfrenta a su propio estilo con un sonido nuevo y tranquilo. Al final estamos viendo al mismo White; excéntrico y atrevido pero algo meloso y tímido. 

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