Highball studio, aprendiendo coctelería con whiskey
Highball estudio, personaliza tu cockel en otro nivel.
Imagina sumergirte en la historia de un destilado con raíces que se remontan a 1608. Esto es precisamente lo que sucedió en el Hotel Condesa DF, donde la versatilidad de este whiskey se reveló en una experiencia única: el Highball Studio. Aquí, no solo aprendimos sobre la historia de la marca, sino que también dominamos el arte de preparar el highball perfecto.
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¿Como se distingue un whiskey single malt?
Un whiskey single malt se distingue por ser elaborado a partir de cebada malteada en una sola destilería, desde la maceración hasta el embotellamiento. Esto brinda a cada botella una personalidad única y una elegancia constante, superando la uniformidad de los whiskeys mezclados, más conocidos como “blended whiskeys”.
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¿Que es un Highball studio?
Un evento que cambió la forma en que los invitados conocen la marca. En 1894, un bartender neoyorquino dio vida al highball al mezclar whiskey, soda y hielo, marcando una bebida que ha dejado una huella imborrable en la historia.
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Al llegar al evento, nos recibieron con una copa de “First Made”, que va acompañado de un toque de Bushmills 10 años Single Malt. Era como un cálido recibimiento del whiskey para dar inicio a una experiencia única.
Pronto, nos sumergimos en la magia del Highball Studio, donde tuvimos la oportunidad de personalizar desde nuestro delantal con un nombre o apodo, hasta nuestra propia bebida a lo largo de cinco estaciones diseñadas para la ocasión.
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Las cinco estaciones del Highball perfecto
En la primera parada, nos enfrentamos a una elección emocionante: ¿qué tipo de vaso sería el transporte para nuestra bebida? Había 3 distintos tipos de vaso, la elección era nuestra para crear un drink único y completamente personalizado.
La segunda parada era para agregar hielo y plasmar un sello con nuestra inicial, para darle aún más el toque único a la bebida. Para nosotros, la estación dos, ¡fue increíble! Imagina un drink preparado por ti y con tu inicial!
La tercera parada fue para agregar el toque especial de este drink, me refiero al Bushmills 10 años, pudimos elegir la cantidad exacta que queríamos en nuestro highball, a gusto de cada uno.
El siguiente paso fue emocionante. ¿Cómo queríamos que burbujeara nuestro cocktel? Cinco opciones nos esperaban, cada una con su carácter y encanto. Desde ginger-ale, agua tónica, mineral y más.
Para cerrar, la cereza del pastel en la quinta y última estación se encontraba la garnitura para nuestras bebidas, desde cítricos hasta fruta dulce, brindando el aroma, color y sabor a nuestro highball.
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A lo largo de la cena, degustamos una variedad de canapés que realzaban cada trago de nuestra bebida personalizada, lo que hizo la experiencia aún más divertida.
Preparar un drink con todos estos ingredientes fue espectacular, no se pierdan la oportunidad de mezclar frutas para crear su bebida perfecta!