Dónde ir en San Diego: el vibrante paraíso californiano

A 60 m de altura sobre la bahía de San Diego, en tránsito sobre el imponente Puente del Coronado, impresiona la vista panorámica de una urbe radiante. En la ciudad de San Diego, California, el verano se eterniza por lo constante de sus días soleados y su cálido clima que invitan a recorrerla, a pasearse sin reservas.

Foto: Cortesía John Bahu/ San Diego Tourism

Por Alan Rodríguez @kromafilm

Pisar San Diego es gratificante porque es un elogio a lo urbano en armonía con lo natural. Modernidad y biodiversidad se conjugan en esta metrópoli, la segunda más grande de California, donde para algunos afortunados, la vida transcurre en el grado cero del estrés.

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¿Cómo llegar a San Diego, CA?

Viajando desde CDMX, lo habitual es llegar al aeropuerto de Tijuana en un vuelo de Volaris. El paso transfronterizo es ágil y sin complicaciones vía CBX (Cross Border Xpress), el puente peatonal que conecta el aeropuerto tijuanense con una terminal en San Diego. Te evitas colas y largas esperas en la garita.

Por CBX diariamente transitan de 10 mil a 13 mil personas, y se estima que 4.3 millones lo habrán hecho al final de 2023. Existen distintas opciones para el costo del boleto, que puede ser sencillo, redondo, pase familiar, entre otros. Sí se va de placer, lo más recomendable es adquirir el ticket redondo; que de comprarlo en su sitio web o app tiene vigencia de un año a partir de la fecha de compra.

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San Diego: entre la aventura y la sabrosura

San Diego tiene para ti muchas opciones para la aventura acuática, como el surf, el kayak o el parapente. Si buscas emociones menos extremas, dos horas pilotenado un motolancha por la bahía son suficientes para una jornada emocionante. 

Primero, partes del muelle de yates y luego navegas sobre una lengua azul marino. Entre un oleaje dócil y con la ciudad en el horizonte, te toparás con barcos de la Armada, el museo de aviones USS Midway, el Star of India (un histórico buque museo) y por supuesto, el Puente del Coronado. También con endémicos habitantes de la zona, aves y leones marinos desparramados y libres sobre plataformas flotantes.

Restaurantes en San Diego, CA

Como parte de su apasionante murmullo de diversidad, San Diego tiene para el visitante una sinfonía para el paladar. Un eco de mútiples sabores y cocinas del mundo. 

Por ejemplo, si se trata de mariscos, Fisher’s San Diego, en el corazón de Little Italy, tiene para ti una deliciosa fusión de la comida del mar mexicana con el toque californiano de la ciudad. Unos camarones Rock Spicy o un ceviche de atún son excelentes opciones, que se pueden acompañar con una buena cheve. Y qué mejor si se trata de una artesanal local (quizás una IPA), porque San Diego se pinta sola para eso de la craft beer.

Recóndita y algo secreta, la Trattoria Seneca está en el piso 19 del InterContinental Hotel, en el mero downtown. Dejando atrás el elevador y tras atravesar un pasillito oscuro, uno se adentra a un establecimiento con estampa mediterránea. Trattoria Seneca te conquista con su cocina de inspiración romana, ideal para un luch en las alturas y con la impresionante bahía de San Diego como telón de fondo. No dejes de probar sus meatballs al forno como entrada, o sus deliciosas pastas y pizzas.

Mientras que en el histórico vecindario de Golden Hill, Kingfisher te recibe con su versión de comida vietnamita con influencia francesa. Muy recomendable el tartar de ternera con pato. Su amplia coctelería le ha dado reputación al lugar, de ahí que es algo que vale la pena explorar (por ejemplo, su Singapore Sling: ginebra, piña, lima, licor Pierre Ferrand Dry Curaçao y benedictina). Y sin olvidarnos del postre, por encima de otros está su im-per-di-ble y refrescante tarta de queso y jengibre, fresas, granizado de acedera y streusel de té verde. ⁠

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Balboa Park: el oasis cultural de San Diego

El deambular y hasta extraviarse en una metropoli desconocida pasa a menudo cuando se viaja. Si eso te pasa en San Diego, mejor que sea en Balboa Park . 17 museos, amplios jardines, arte callejero y el famoso zoológico de la ciudad forman este impresionante complejo de casi 5000 m², único en América.

Por ejemplo, ahí encuentras el Comic-Con Museum, un santuario para todo lo relacionado con los cómics (los comic book geeks saben que San Diego precisamente algerga anualmente la Comic-Con International). The Japanese Friendship Garden te dejará perplejo por su paz y comunión con la naturaleza, entre bonsais y cualquier cantidad de pinos negros, azaleas y plantas ornamentales. Mientras que el Museum of Us ofrece una variedad de exhibiciones interactivas sobre una amplia gama de la historia y la cultura humana, desde la cerveza hasta el canibalismo y los monstruos. 

En el plano de los artístico están, por ejemplo, el Museo de Artes Fotográficas, uno de los tres únicos museos independientes del país dedicados exclusivamente a la foto. Y también el Museo de Arte de San Diego que alhoja colecciones de antiguos maestros españoles e italianos, pinturas del sur de Asia, así como otras expos temporales. Mención especial al Old Globe Theatre, que data de 1935 y de arquitectura fiel al modelo del mítico The Globe, el extinto teatro londinense donde miles aplaudieron las obras de Shakespeare.

Hay que perderse, vagar sin rumbo. Dejarse ir entre las pasillos, los edificios, las fuentes para empaparse de todo lo que anima Balboa Park. Hay que gozar de las tiendas, locales, restaurantes, cafés, plazas, performances, festivales… y así experimentar un excitante mundo de color, vida, arte y entretenimento.

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La Jolla: la gema costera de San Diego 

Para los amantes de la playa, La Jolla es el destino para gozar del sol, la arena y la vida silvestre. La Jolla es una gema que relumbra en la línea costera de San Diego. El punto medio entre la belleza de la naturaleza y el goce del ecoturismo.

Desde sus empinadas laderas se aprecian las colonias de focas tumbadas al sol, ruidosas, señoras y dueñas de la playa. Se camina por senderos con vistas espectaculares o bien se puede ir en busca de emociones marinas practicando snorkel, buceo, kayak o surff. Casi obligada es la visita a la Cave Store, un túnel que desciende hacia el mar y que data de la época de La Prohibición. Es un spot ideal para cumplir con la lista de souvenirs por todo lo que puedes encontrar en su tienda.

A La Jolla, distrito a 20 minutos del aeropuerto de San Diego, le sobra vitalidad y movimiento, con sus incontables opciones para los visitantes; desde hoteles de lujo hasta retiros costeros informales, junto con museos y galerías de arte, boutiques exclusivas, magníficos restaurantes y una gran cantidad de actividades al aire libre.

Volviendo a la zona céntrica de la ciudad, definitivamente hay que dedicar una tarde a Seaport Village, zona comercial y turística que seduce por su pinta de aldea costera. Hay que caminar por su malecón de más de kimómetro y medio y disfrutar de sus concurridos restaurantes, sus más de 50 tiendas, locales con onda y autenticidad, de su brisa marina, lagos, vistas a la bahía y atardeceres rojizos. 

San Diego: capital del diseño 2024

Junto con Tijuana, la ciudad de San Diego fue nombrada World Design Capital transfronteriza 2024; esto como resultado de su compromiso con el diseño centrado en el ser humano y el legado de colaboración transfronteriza para transformar el entorno natural y construido de la región.

Para el año que viene, las comunidades creativas darán vida a un interesante programa que mostrará la región bajo una nueva luz y pondrá énfasis en las maneras en que el diseño conecta a la gente.

Es así que uno y otro rincón de San Diego parece invitar a cada visitante a disipiar las preocupaciones. No sólo porque se ofrece como un recomfortante destino de sensasiones sutiles, con un gentil clima  y con el sol como compañero de viaje. 

San Diego es consonancia entre suelo y espíritu, ahí las vistas del océano son terapia para el alma. Ahí se revela una tierra exhuberante de vida silvestre y grandeza urbana. Con una gastronomía como fiesta de sabores, con un urbanismo sensible e inteligente y con lugares de rica manifestación cultural, como la alegre Little Italy o los murales en Chicano Park donde se expresa la “Cali-Baja” y algo de México se asoma.