Reseña de Sujo: la crudeza de la orfandad en el México actual
La dupla Romero y Valadez entregan un ensayo melódico y crudo sobre las infancias mexicanas
Durante los últimos tiempos, la violencia en nuestro país ha afectado de forma irreversible a nuestra sociedad. Gracias a su capacidad para retratar y criticar a la realidad misma, el cine ha sido utilizado para exponer como el crimen organizado golpea constantemente a las infancias; especialmente a las huérfanas. Sujo, la nueva película de Astrid Romero y Fernanda Valadez (Sin Señas Particulares, 2020) habla de ello y mucho más. Foto: Alpha Violet/Cinépolis Distribución.
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Ser o no ser en un mundo de narcotraficantes: la importancia de Sujo
Por si ser seleccionada como la representante de México para los futuros Premios Óscar y Goya no fuera suficiente, Sujo se convirtió en la cinta más ganadora del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) 2024 al obtener los premios por Mejor Guión, Dirección y Largometraje. ¿La razón? Bueno, se trata de un drama centrado en aquellas voces que parecen ser fantasmales, pero que son muy valiosas.
Vayamos con un dato. De acuerdo con un artículo de BBC, se estima que en México hay entre 35,000 y 460,000 niñas y niños que tienen algún vínculo con el crimen organizado. En otro artículo, el mismo medio de comunicación recupera que la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) no tiene conocimiento exacto de cuántas y cuántos huérfanos hay por culpa del narcotráfico. Solo habla de miles.
Con esta situación en mente, es que Sujo aparece como una mirada inquietante a la orfandad, la violencia hacia las y los menores, el desplazamiento forzado y el acceso a la educación. Aunque también, resulta ser una carta de amor y comprensión para todas y todos los infantes que han perdido a sus padres como consecuencia de una disputa entre bandos criminales.
La historia se sitúa en Tierra caliente, Michoacán. Todo comienza cuando, un miembro del cártel llamado Josué “El Ocho” (Juan Jesús Varela) es ejecutado por traidor. Dejando así, a un hijo huérfano de tan solo cuatro año a su suerte. Quedándole solo un nombre no tiene ningún significado en específico y la hermana de su difunta madre.
Con el tiempo, y a pesar de los intentos de su tía Nemesia (Yadira Pérez) de aislarlo del mundo entero por su seguridad, Sujo (Juan Jesús Varela) se ve atraído por aquella vida de lujos y excesos que tuvo su progenitor. Siendo acompañado por sus fieles amigos Jeremy (Jairo Hernández Ramírez) y Jai (Alexis Jassiel Varela). Aunque, sin medir las consecuencias reales de sus acciones.
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Belleza visual y mensaje esperanzador
Anteriormente, y durante más de 15 años, Romero y Valadez han venido trabajando de la mano en múltiples proyectos (incluyendo Sin Señas Particulares). No obstante, Sujo aparece como su tesis final de la naturaleza de la violencia en toda nuestra nación.
Por momentos interpretativo, lento, caótico e incluso esperanzador, este filme no tiene el típico final al que se nos tiene acostumbrado. Siendo bastante similar a lo que vimos en la majestuosa Ya No Estoy Aquí de Fernando Frías y Juan Daniel García Treviño (2019), pero yendo un escalón arriba hasta llegar a lo poético.
Compuesta por cuatro capítulos, durante casi dos horas vamos viendo el desarrollo de Sujo; al puro estilo del “coming of age”. Si bien el guión puede no ser la gran maravilla, los recursos visuales y las propias actuaciones de las y los protagonistas dan como resultado una producción de época.
En algún momento, la tía Nemesia dice la frase: “Yo no sé lo que es ser hombre, podrías tener una vida distinta”. Y he ahí el mensaje más importante – para nosotros- que tiene Sujo. Los estereotipos están a la orden del día, pero es necesario abrir la discusión sobre el panorama y buscar soluciones para poder ayudar.
Sujo tiene su fecha de estreno a nivel nacional el próximo 5 de diciembre.