El barrio está lleno de opciones gastronómicas para quedar bien con tu date o turista. Te decimos cuáles son los mejores restaurantes en Polanco
Foto: Cortesía Restaurante Chapulín.
Desde sus restaurantes mexicanos de reconocimiento mundial —Pujol, de Enrique Olvera, y Quintonil, de Jorge Vallejo—, hasta las sucursales de lugares de gran abolengo, como Lipp La Brasserie, que reproduce la atmósfera parisina de este establecimiento con más de 130 años de historia, hacen de de Polanco el principal barrio gastronómico de Ciudad de México. Su oferta incluye, por supuesto, la gastronomía nacional, que abarcan desde las propuestas más tradicionales hasta las elaboradas para satisfacer paladares no acostumbrados a su gama e intensidad de sabores, y que al mismo tiempo satisfacen a los exigentes gustos locales.
Hoy por hoy, se trata el restaurante mexicano de mayor prestigio mundial. Enrique Olvera, su creador, se ha encargado de proyectar la gastronomía nacional, destacando sus ingredientes tradicionales. De ahí que disponga de una barra de tacos de diez tiempos, con selección de bebidas de acompañamiento (con o sin alcohol), aparte de dos opciones de menú de degustación: uno de maíz y otro de mar. Las reservaciones se hacen en su sitio web, y es por demás recomendable realizarlas con bastante tiempo de anticipación.
Junto con Pujol de Enrique Olvera, el establecimiento de Jorge Vallejo es el restaurante mexicano mejor posicionado a nivel mundial, con una propuesta culinaria que destaca las virtudes de los ingredientes locales. Hortalizas cultivadas en chinampas, queso chiapaneco, escamoles y hormigas chicatanas suelen ser algunos de los ingredientes utilizados en sus creaciones. A la par de su carta dispone de un menú de degustación, que puede incluir bebidas de acompañamiento y se renueva periódicamente.
Años atrás, Vicente Torres irrumpió en el escenario gastronómico capitalino con una cocina de influencia mediterránea y técnicas emparentadas con la cocina molecular, que hoy vuelve a poner a disposición en este restaurante de dos niveles y ambiente íntimo, ubicado sobre la avenida Masaryk. Muestra preferencia por los ingredientes locales, como en el caso de la jaiba de cáscara suave con texturas agridulces, y la totoaba (especie de pescado originaria del Mar de Cortés) preparada al horno de carbón.
Martha Ortiz es otra de las chefs con reconocimiento mundial sostenido a través de los años, que exalta en sus creaciones el colorido y sensualidad de la gastronomía mexicana de ancestrales raíces; esto puede constatarse en su restaurante de Polanco, heredero del también afamado Águila y Sol, donde los adobos, moles y chiles ocupan un lugar estelar en sus platillos, amén de los postres, vinos mexicanos incluidos en su carta de bebidas y hasta aguas de frutas frescas decoradas con flores.
Ubicado dentro del hotel Presidente Intercontinental, ofrece comida mexicana que satisface por igual paladares extranjeros y locale. La carta de alimentos corre a cargo de Josefina López Méndez, quien ofrece desde tacos de pescado estilo Baja o de terrina de lechón confitado cubiertos con polvo de chicharrón, con un cremoso de aguacate y cebolla asada, hasta una mazorca de huitlacoche con con salsa de jitomate asado, queso fresco y tortillas, que puede acompañarse algún vino o mezcal de la extensa oferta de bebidas disponible.
Uno de los lugares de más tradición y abolengo de Polanco, con servicio impecable. Aparte de los platillos de corte internacional, dispone de opciones mexicanas supervisadas por el chef de la casa, Pedro Ortega: desde unas crepas de huitlacoche o chicharrón, hasta platillos de temporada, como los escamoles o los gusanos de maguey. No faltan los platillos clásicos del Estoril, como el famoso perejil frito y el mole negro de Oaxaca, que igual puede acompañarse con pollo o camarones.
Su carta fue creada por Alejandro Ruiz, principal impulsor de la cocina oaxaqueña contemporánea, basada en ingredientes y recetas tradicionales combinados con diversas técnicas e insumos culinarios, en presentaciones acordes a la alta cocina. Disfruta de platos tradicionales y creaciones como el pulpo parrillado y untado con adobo de barbacoa, por no hablar del cerdo confitado en el mejor estilo español, bañado en mole verde y acompañado con frijol blanco. No falta una gran variedad de mezcales.
Sucursal de uno de los más afamados restaurantes de comida tradicional mexicana. Son famosas sus carnitas estilo Michoacán, ofrecidas por taco o por kilo pero, también, sus especialidades regionales como las empanadas de plátano rellenas de frijol, panuchos yucatecos y sus tortitas de huauzontle en salsa de pasilla o jitomate. Para la hora del desayuno ofrece café de olla, chocolate o atole de frutas para acompañar los tamales o los huevos preparado al estilo Xalapa.
Originario de Monterrey, su concepto es una afortunada combinación de restaurante con toque cantinero. La carta abarca lechón y cabrito —sujetos a disponibilidad—, pescados y mariscos, si bien los cortes al carbón son su sello distintivo. Sus alternativas de tacos abarcan filete, atún al pastor y barbachera (barbacoa de arrachera al estilo norteño), a la que suman una creación propia de chilito güero asado al carbón relleno de escamoles salteados y guisados a la mexicana, servido con tortillas.
Empezó como un “changarro” que hoy opera en diversas sucursales por la ciudad, muy concurridas a diario, particularmente la de Polanco. Su éxito se debe a la cocina que verdaderamente te remonta al sabor de los puestos de mariscos existentes en las calles sinaloenses, donde preparan verdaderos manjares marinos. Su fuerte es el aguachile de camarón (cuidado: es un platillo muy picante); otras delicias son sus cebiches, cocteles en caldo, tacos gobernador y el pescado zarandeado.
Si bien su carta es de pescados y mariscos de corte popular, su ubicación, instaaciones, servicio y presentación de los platillos atrae a clientela de alto nivel económico. De sus entradas sugerimos los tacos de pescado al pastor y los sopes de pescado adobado. Las sopas van desde la clásica de caldo de camarón hasta la crema de almeja. Hay diversidad de filetes y pescados a la talla que puedes pedir por kilo. Si es para compartir, su precio lo determina el peso de la pieza preparada.
Funciona en dos niveles, con una terraza superior decorada con los obligados detalles marinos. Variedades de conchas y opciones como el lomo de robalo las preparan al gusto del cliente: a la plancha, a la talla, al ajillo o al estilo de la casa, con una salsa de alcaparras, jugo de limón real y aceite de oliva. Para el postre cuentan con un pastel de zanahoria concebido para compartir. No es empalagoso, aunque puede incrementarse su dulzor, con cajeta que lo lo sirven a la mesa.
Reproducción del restaurante fundado hace más de 130 años en la ciudad de París, con todas las clásicas creaciones galas: desde la sopa de cebolla gratinada y caracoles de Borgoña, hasta el entrecôte con salsa bearnesa y papas a la francesa. Cuenta, además, con una carta de platillos del día, con cassoulet de la casa, con trocitos de cerdo, pato, salchicha y alubias blancas; chamorro ahumado o huachinango en costra de sal. Para elegir un vino de su extensa oferta puede pedirse asesoría del sommelier.
Sofisticado restaurante japonés de corte tradicional, ubicado en el hotel Hyatt Regency de Campos Elíseos, con barra de sushi y terraza interior zen. Destaca su fuente de sahismi especial, con un muestrario de casi una docena de variedades preparadas con pescados y mariscos, entre las que se encuentran atún, salmón, almeja, una variedad de camarón de agua dulce, callo de hacha, calamar, robalo, macarela y hueva de salmón. Cuentan con una docena de variedades de sake disponibles para acompañarlos.
Los cortes estilo brasileño son la parte medular de la carta, aunque no es un restaurante típico de “espadas”, lo que lo singulariza. Destacan el baby gold, picaña y el rib eye de kobe, aparte de disponer de costillas de cordero y cochinillo confitado, sumados a platillos del mar, como el salmón chileno, atún a la parrilla, seabass rostizado y el caixote de mariscos, que viene a ser una humeante cazuela con trozos de calamar, robalo, pulpo, camarón y callo de hacha. Las guarniciones disponibles abarcan papas soufflé, espárragos a la parrilla, maíz salteado y jitomate hidropónico salteado, entre otras alternativas.